La prueba de color y alergia es un paso importante antes de realizar el procedimiento de micropigmentación.
La prueba de color y alergia generalmente implica aplicar una pequeña cantidad de pigmento en una parte discreta de la piel, como detrás de la oreja o en el antebrazo, y observar si hay alguna reacción durante un período de tiempo específico, que generalmente puede ser de 24 a 48 horas.
Si no se observa ninguna reacción, como enrojecimiento, hinchazón, picazón o irritación en la zona de la prueba, es probable que el paciente no tenga alergia al pigmento y pueda proceder con la micropigmentación de manera segura.
Estas son tres áreas especializadas dentro del campo de la micropigmentación que tienen aplicaciones específicas en el ámbito médico y estético.
Tienen como objetivo mejorar la apariencia y la calidad de vida de los pacientes que han experimentado cambios físicos debido al cáncer, cirugías o lesiones.
Dermopigmentación oncológica: se realiza en pacientes que han sufrido pérdida de cabello o cambios en la piel debido a tratamientos como la quimioterapia, la radioterapia
Dermopigmentación reconstructiva: mediante el uso de la micropigmentación para reconstruir o mejorar la apariencia de áreas de la piel que han sido afectadas por cirugías, traumatismos, quemaduras u otras afecciones médicas.
Dermopigmentación paramédica: incluye una variedad de aplicaciones en el campo de la medicina como la corrección de anomalías congénitas (labios leporinos o paladar hendido), la reconstrucción de cejas en pacientes con alopecia o tricotilomanía, o el camuflaje de condiciones dermatológicas, como vitiligo o estrías.
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